¡Era tan obvio! ¡Esto salvó nuestra relación!
Así que, nos sentamos una noche y empezamos a hablar de las ideas que se nos ocurrían: «¿Cuándo estuvimos más relajados juntos? ¿Cuándo habíamos sido más felices juntos?»
Y adivina qué: en todas las ocasiones pensamos en los momentos en los que nos habíamos ido de vacaciones. ¿Por qué no se nos había ocurrido antes? ¡Es tan obvio!
Esos eran los momentos en los que de verdad habíamos desconectado de la vida diaria, nos habíamos relajado, habíamos vivido nuevas experiencias y habíamos pasado los mejores momentos con amigos y familiares.
Fueron esos los momentos en los que creamos los mejores recuerdos juntos.
Así que nos comprometimos para irnos de «minivacaciones» por lo menos dos veces… ¡al mes! Sí, sí, has leído bien. Ya te he dicho que de verdad queríamos que funcionase.
Ya teníamos buenos amigos que vivían en la soleada Costa Brava de España, ¡así que para allí nos fuimos!
¿Y cómo lo hacíamos? Íbamos en coche hasta España desde Holanda, unas 12 horas. Dormíamos un par de horas. Pasábamos un buen fin de semana largo en España.
Y volvíamos el domingo por la noche, durmiendo un par de horas, y yendo después a trabajar.
Y sí: ¡Nos lo pasamos estupendamente en España! Bailando, al sol, con buena comida, con gente relajada, amigos cercanos, playa, mar y muchas cosas que ver en la zona de Barcelona. ¡Eso era lo que necesitábamos!
Parece un lío, pero la primera vez que nos sentamos en una terraza al sol un viernes por la mañana y disfrutamos de un café y un croissant, nos dimos cuenta de que merecía la pena.
Lo hicimos durante casi un año y nos lo pasamos estupendamente entre nosotros y con nuestros amigos en España.
Compramos nuestra primera casa cerca de la Costa Brava y empezamos a alquilar nuestra casa y las villas de nuestros amigos.
Era estupendo conseguir que otras personas también vivieran esta increíble experiencia, así que, con nuestros amigos, empezamos el Club Villamar ! (Sí, así empezó todo)
Por supuesto, a mi mujer y a mí no nos costó demasiado deshacernos de todo lo que teníamos en Holanda. Ella vendió sus negocios, yo renuncié a mi trabajo, nos despedimos de nuestras familias, nos subimos a un coche tremendamente cargado con nuestros dos gatos y nos vinimos para España. La mejor decisión que hemos tomado en nuestras vidas. Y sí… ¡tenemos una estupenda hija!
Ahora ya sabes un poco más de cómo salvamos nuestra relación.
¡Mañana te contaré un poco más sobre todas las ventajas ocultas de irse de vacaciones y alojarse en una villa!
Nos vemos mañana.